Voy a pasar a explicar brevemente mi experiencia con Teatro encuentro dentro del campo de los viejos.
Yo llevo ya unos años con Teatro encuentro, haciéndolo e impartiendo talleres y charlas, organizando maratones... y a la vez voy descubriendo que mi vocación profesional está relacionada con el teatro y con los viejos.
Así que a un grupo de mayores a los que daba clase de teatro en un centro de día les propuse hacer algo diferente a lo que estaban acostumbrados (ensayar obras tipo sainetes)
En un principio, sin hablarles de Teatro encuentro, simplemente empecé a impartir el taller que muchos habéis hecho (sí, sí, hicieron todos los ejercicios, hasta ese que estás pensando) a la vez que íbamos trabajando mediante dinámicas y cuestionarios la idea de legado colectivo; es decir, aquellas experiencias o aprendizajes que el grupo quiere dejar a las futuras generaciones dado el mundo en guerra en que vivimos.
Con la primera parte se iban adentrando en la filosofía de fondo de Teatro encuentro, iban viendo cómo hay unos claros intereses en que seamos personas solitarias, y con la segunda iban haciendo análisis y cosmovisión sobre los grandes problemas del mundo y lo que es necesario gritar.
Cuando ya en ellos se había generado la angustia (siempre sana) de que “hay que hacer algo” dedicamos un tiempo a ver posibles respuestas. Iniciativa de ellos fue hacer pegatinas, repartir poemas críticos... (algo que me sorprendió enormemente es que frente a estas pequeñas acciones, los jóvenes tendemos a infravalorarlas, en cambio ellos lo veían como algo totalmente revolucionario: TIENEN MUCHO MÁS CLARO QUE NOSOTROS, LOS JÓVENES, LA IMPORTANCIA DE LO PEQUEÑO HECHO EN LA DIRECCIÓN ADECUADA)
En esa misma clase les hice Teatro encuentro con el texto de “Palabras” y quedaron impresionados. “Es lo más hermoso que me ha ocurrido jamás” decía una de ellas; otra de mis alumnas, que sinceramente, no calla ni bajo el agua, estuvo el resto de la clase sin abrir la boca y se fue diciendome “una maravilla”.
Les dije que con lo que habían ido aportando para la construcción del “Legado colectivo” se estaba elaborando un texto creado específicamente para que los viejos hicieran Teatro encuentro a los jóvenes: “Las manos”, de Moisés Mato.
Cuando se lo leí una de ellas me dijo mientras le caía una lágrima “es lo mismo que yo pienso pero en bonito” .
El texto se estrenó dentro del encuentro de verano de la Plataforma A desalambrar representado por Agustina (se hizo simulando que estábamos en un parque y que sólo estaba presente la persona para la que estaba actuando, aunque hubiera más de cincuenta pares de ojos humedecidos por la belleza y la emoción)
Ahora, en octubre, el propósito del grupo es continuar con los ensayos, prepararse para los diálogos, profundizar en los temas de fondo y salir a actuar!!! De momento irán a colegios, parroquias, asociaciones de jóvenes... lugares en los que ya los jóvenes estén “convocados”. Pero sé de primera mano que ya a más de una le pica el gusanillo de hacerlo en los parques, así que ¡quién sabe! a lo mejor, para esta primavera os invitamos a la primera maratón intergeneracional de Teatro encuentro.
Paola Bretones.
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