martes, 15 de diciembre de 2009

Texto de Segunda fase: Naufragos


NAUFRAGOS

Veo la televisión todos los días.

A la hora de comer con mi familia. Casi siempre vemos el telediario. De vez en cuando comentamos alguna noticia en serio, pero normalmente sólo hablamos para decir lo desagradables que son las imágenes o que cada vez ponen más anuncios.

Sin embargo nunca dejamos de mirarla.

Nos quedamos hipnotizados ante ese presentador que parece hablarte solo a ti, pero que en realidad se está dirigiendo a millones de personas.

Nos quedamos a la deriva, mientras nos metemos en la boca algún pedazo de comida, cada uno pensando en lo suyo y en silencio, siempre en silencio, solo se escucha la televisión.

Hoy me he llevado el mando de mi casa. No me quiero imaginar como se van a poner cuando no lo encuentren…

Seguro que todos lo están buscando como locos, entre los cojines, debajo del sofá, por las habitaciones, seguro que alguno mira hasta en la nevera o algo así.

Nos volvemos locos cuando no lo encontramos ¿Nunca te ha pasado?

Nos entra un agobio, una ansiedad… como si hubiéramos perdido algo realmente importante. Nos ponemos de mala leche, lo pagamos con el primero que pillamos, le atacamos como si la culpa fuese suya. Se pueden llegar a tener verdaderas discusiones por eso.

Y ya ves, solo por no encontrar esto.

¿No será que somos nosotros los que estamos perdidos?

Por eso tengo la esperanza de encontrarme en algún canal que me expliquen lo que está pasando, que me está pasando.Y me sorprendo observando boquiabierto las vidas de otros en cada canal; puedo ser un ricachón con su yate o un africano que acaba de llegar en patera a nuestras costas soñando con una vida mejor.

Pero cuando salgo a la calle y miro a mi alrededor veo aceras levantadas en vez de casas lujosas, el bolsillo vacío en vez de muchos ceros en mi cuenta.

Veo la patera… y pienso que quizás tampoco seamos tan diferentes los unos de los otros.Que no soy el único a la deriva, que estamos todos igual, todos náufragos, huyendo de la soledad mientras soñamos que alguien nos rescata.

Cada uno se aferra a lo que tiene, unos al dinero, otros al mando y otros a…

¿A qué se aferran los que no tienen nada?

Creo que deberíamos dejar de agarrarnos a las cosas y empezar a apoyarnos en las personas, tratar de salvar o dejarnos salvar por otros náufragos…


No voy a devolver el mando, a ver si así empezamos a hablar de algo importante, algo que compartimos todos y dejamos de mirar al frente para mirarnos los unos a los otros y sentir por fin la libertada del rescate.


FIN


Hace unos días nos contaban una experiencia de segunda fase que se había llevado a cabo en Pan Bendito. Hoy publicamos el texto con el que salieron a la calle a dialogar con los vecinos:

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